viernes, 2 de enero de 2009

Octavio Paz: Un alto surtidor que el viento arquea

Si Rubén Darío es el gran maestro de la musicalidad, de la métrica y la cadencia de la poesía en nuestra lengua, el mexicano Octavio Paz (1914-1998) ocupa un sitio primordial descomunal en todo el conjunto de nuestras literaturas hispanoamericanas.

Muchos lo consideran el más grande (el Más Grande), por lo menos del siglo veinte (o por lo menos en los últimos tres siglos). El verdadero primero entre iguales, lo que se dice el primus inter pares. ¿Será así? En la modesta opinión de quien esto escribe, así es.
Tú, ¿qué opinas?

Leer a Paz es iluminador siempre. Inténtalo y lo descubrirás.
En lo personal me asombra igual que cada vez su continua conciencia del lenguaje, el peso y la precisión de cada palabra que emplea, la profundidad de los significados, las impactantes imágenes que consigue una y otra y otra vez como si las sílabas fueran una sustancia tan maleable como el barro.

Y al mismo tiempo que realiza increíbles construcciones de lenguaje, continuamente está elaborando y desarrollando ideas, demostrando la dualidad indisoluble entre lenguaje y pensamiento, y llevando a un extremo las posibilidades del español, o castellano (o como prefieras nombrarlo).

Piedra de Sol (1957) es un extenso poema circular que es (entre varias otras cosas) una (auto-) reflexión sobre la vida y el estar vivos, sobre el amor y el amar, sobre preguntarnos qué estamos haciendo aquí en el sitio fascinante de vivir, de ser, de estar, de los otros, de ti.

Como invitación, como degustación, va un extracto del inicio de este importante hito en la trayectoria poética de Octavio Paz.


[Gonzalo Vélez]



Piedra de Sol (fragmento)
autor: Octavio Paz

un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:
____________un caminar tranquilo
de estrella o primavera sin premura,
agua que con los párpados cerrados
mana toda la noche profecías,
unánime presencia en oleaje,
ola tras ola hasta cubrirlo todo,
verde soberanía sin ocaso
como el deslumbramiento de las alas
cuando se abren en mitad del cielo,

un caminar entre las espesuras
de los días futuros y el aciago
fulgor de la desdicha como un ave
petrificando el bosque con su canto
y las felicidades inminentes
entre las ramas que se desvanecen,
horas de luz que pican ya los pájaros,
presagios que se escapan de la mano,

(…)

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño de esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,
(…)






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