A Fernando
Pessoa ya le había pasado hace como cien años. Eso de las versiones múltiples de
una misma persona. O sea la suya (es curioso: pessoa justamente quiere decir persona).
No contento con ser, y acaso también
sin saberse del todo, un extraordinario poeta, decidió, o le ocurrió, que
varios poetas o voces poéticas se expresaran a través de él, no
simultáneamente, claro, sino cada cual en su momento, pero con irrestricta
autonomía y características específicas muy particulares.
Él era, o a intervalos se veía poseído
por, Fernando Pessoa, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Ricardo Reis, Bernardo
Soares, quienes no son propiamente seudónimos, ya que cada cual tiene su
personalidad poética propia e incluso una biografía individual.
Fernando Pessoa llamó a su crisis
existencial: heterónimos.
Yo llamo a la mía: blogs.
Pessoa llamaba a sus heterónimos:
“drama en gente”.
Yo llamo a mi confusión: “confusión”.
Y para descaotizar la confusión,
Confucio dijo: “¡Haz blogs!”
Entonces, confundido entre los sueños
que son anhelos de vida, los sueños que soñamos todas las noches pero sólo
algunas veces recordamos, y los sueños guajiros (que son una modalidad de
sueños de opio), no supe en cuál de estas categorías de sueños entraba
Confucio.
Por lo pronto, Sansón Alas, como sabes,
se escindió, y, dice, está por abrir un blog propio, dice, para convocar, dice,
a todos los amigos del omeprazol. Es lo que dice.
Yo no le creo nada.
Sin embargo, por otro lado hay una
parte que desde hace la mitad de mi vida ha escrito sobre arte: artes
plásticas, artes visuales, artistas de mi ciudad. En una ya lejana época era
una parte muy activa, escribía desenfrenadamente para secciones culturales de
periódico artículos semanales sobre exposiciones y sobre los hilos negros del
arte que iba descubriendo.
De modo que esa parte dijo que por qué
no publicar entonces los textos que ahora he (o ha) escrito eventualmente para
catálogos de artistas o para presentaciones de libros de arte, en fin, los
escritos de esa naturaleza, en otro blog.
Uno que se llamara: A la vez arte.
(Por simultáneo, y además porque suena
como “besarte”, imagen que podría traer connotaciones subliminales según yo,
¿tú crees?)
Sin embargo, cierto relámpago de
cordura me hizo ver en un parpadeo de lucidez que este very mismo espacio que
se llama 1 poeta & 1 poema por
algo se llama así, y por algo en un principio tú habías acudido aquí esperando
precisamente eso.
Entonces, desde hace dos meses que lo retomamos
o usurpamos, la idea es que se pareciera más a Lázaro, en el sentido de blog
muerto que resucita igual a sí mismo, y que se pareciera menos a la creatura de
Frankenstein, en el sentido de blog vuelto vivo con retazos disímiles cuyos
mónstridos resultados en su versión más fresca temo que sean este texto
destemplado que estás leyendo justo ahora.
Mmm…
Hay gente a la que en el momento de
tomar una decisión se le aparecen por un lado un angelito y por el otro un
diablito, cada cual con sus razones.
Pero cuando volteé vi que yo tenía en
un hombro un ratón cabezón y chaparro y en el otro uno con cara de lelo
simpático.
Y entonces el lelo le grita al otro de
hombro a hombro a través de mis oídos: “¿Que qué es lo que vamos a hacer hoy,
juar, juar?”
Y entones el cabezón le responde también
a través de mis oídos con gruñido incluido: “¡Narfff! ¡Lo mismo que hacemos
siempre: ¡tratar de conquistar el mundo!!”
[Cualquier
parecido con otra cosa no es plagio, sino un homenaje pobre a otra cosa que no
era sino sólo parecía o no parecía sino sólo era o si no: ¡qué de qué o qué!]
Y entonces caí en cuenta de que
faltaría otro blog más para esta voz con la que estoy tratando aquí de reírme
de mí mismo…
Y entonces, como al parecer está de
moda en estos tiempos de vanidades multimillonarias en premios literarios de
ferias de libro premiar a probados usurpadores de textos ajenos, y también,
¿por qué no?, para plagiar a presuntos plagiarios y obtener así cien años de
perdón, que el blog de esa vox se llame escuetamente: El blog de Gonzalo Vélez.
[Música
convencional de circo para el acto del malabarista. De pronto: silencio y
oscuridad. Con teatral explosión colorida aparécese de la nada el Sentido Común.
Los reflectores lo iluminan.]
Dice el Sentido Común:
--Me preguntaba otra vez de pronto qué
sentido tendría publicar cuatro blogs como si fueran los cuatro heterónimos del
poeta Fernando Pessoa. ¡¿Eh?! ¡¿Acaso no es mejor: concentración en una sola
obra sólida, que: dispersión en fragmentos superficiales de dudosos alcances y
atesores?!
Y no deja de tener cierta razón.
En realidad en vez de poesía estoy
haciendo de este espacio una sesión de entrenamiento a puertas abiertas, o
lavando un paño de penas íntimas en un baño público.
En realidad creo que se trata tan solo
de una pingüe crisis: honda personal existencial: crisis angosta y profunda,
como el rastro de un alfiler, como la cicatriz de un clavo.
Gonzalo Vélez
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