martes, 29 de diciembre de 2009

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, con amor del bueno

Siete siglos han trascurrido, y desde hace algún tiempo los investigadores, eruditos, especialistas medievalistas y demás en lo único que son capaces de ponerse de acuerdo (y podemos estar de acuerdo también) es en que el Libro de buen amor es un texto maravilloso y extraordinario.

De Juan Ruiz (¿1283?-¿1350?), aparte de que era arcipreste (o sea un sacerdote eminente que dirigía y administraba varias parroquias) en Hita (un lugar cerca de Guadalajara, en Castilla), lo que sabemos es básicamente lo que dice o no dice su texto.

El Libro de buen amor ciertamente está escrito de manera autobiográfica. Esto representa el primer punto candente, pues no es posible saber si en efecto es un relato compuesto en una cárcel a partir de experiencias propias, o en qué medida es autobiográfico, o si más bien es una ficción que involucra muy diversas fuentes.

Acaso la posibilidad de múltiples lecturas y la necesidad de conjeturar acerca de la intención y la identidad del autor sea justo lo que ubica a nuestro Arcipreste codo a codo con Boccaccio y Chaucer como los grandes poetas europeos del siglo catorce (un cabalístico A-B-C, por cierto).

Entiendo que el contexto es el del mandato de celibato obligatorio para los sacerdotes, supónese que en una era de moralina militante, como suele ocurrir cada cuando en las épocas de las humanas generaciones.

(Hasta entonces el celibato había sido voluntario, y la barraganía era una institución bastante aceptada; la barragana era la señora, o la joven, o la muchacha que atendía a un sacerdote y le daba de comer y lo que necesitara...)

Del Libro de buen amor se infiere que el autor estuvo en prisión por orden del arzobispo de Toledo, es muy probable que por protestar en contra de esa medida anti natura.

Aunque probablemente esto no sea tan literal. Hay autores que opinan, por ejemplo, que la estancia en prisión es una metáfora de la prisión de tener prohibido el contacto sexual.

(De igual modo, el texto hace a Juan Ruiz nativo de Alcalá, aunque hay disputa entre si se refiere a Alcalá de Henares, en Castilla, o a Alcalá la Real, en Jaén, o si tan solo puso ese nombre porque requería una rima aguda en a.)

En todo caso, las circunstancias generaron una colección de escritos de los que no se puede decir si son morales o sarcásticos, si es literatura didáctica o una crítica burlona, si es sacerdotal o popular, clerecía o juglaría o clerecía juglar o juglaría eclesiástica, pero casi siempre combina de manera magistral cierta risa con cierta amargura. Y siempre con un amable sentido del humor.

El hilo conductor son más de una docena de aventuras amorosas, fallidas, en las que el autor pretende ubicar y distinguir el buen amor, que sería el amor a Dios, del amor loco, que sería el amor sensual, del que no podemos escaparnos.

Y además, todo sazonado con oraciones, citas de autores clásicos, alegorías, fábulas y una gran cantidad de cosas que los que saben saben. Pero no importa, pues igual se deja leer bastante fácil, como verás.

Por otro lado, el Arcipreste de Hita recurre a la cuaderna vía en el Libro de buen amor, pero no es completamente estricto, y hay partes en las que utiliza otra métrica, como por ejemplo 16 sílabas.

Por lo demás, se trata sin duda de un autor con una cultura muy amplia, pero que al mismo tiempo, o por la misma razón, se dirige directamente a su lector con ánimo de ser entendido. Y lo que es notable: supo describir aspectos humanos universales en un texto que aún sigue fascinando.

Finalmente: el último verso, que parece ser una paráfrasis de San Pablo, se refiere a que hay que conocer tanto lo bueno como lo malo para poder decidir uno mismo.
(¿Qué no es así todavía?)

(Breve glosario: omes: hombres, varones; aver: no es a ver, sino haber en el sentido de tener; fembra: ¿el femenino de fombre, hombre?, mujer; rebtar: ¿como rebatir?; fablar: hablar; compaña: compañía; senisa: ceniza, brasa; ca: porque; ove: tuve.)


[Gonzalo Vélez]



Aquí dise de cómo segund natura los omes e las otras animalias quieren aver compañía con las fembras
autor: Juan Ruíz, Arcipreste de Hita

Como dise Aristóteles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenençia; la otra era
por aver juntamiento con fembra plasentera.

Si lo dixiese de mío, sería de culpar;
díselo grand filósofo, non só yo de rebtar;
de lo que dise el sabio non debemos dubdar,
que por obra se prueba el sabio e su fablar.

Que dis' verdat el sabio claramente se prueba
omes, aves, animalias, toda bestia de cueva
quieren, segund natura, compaña siempre nueva;
et quanto más el omen que a toda cosa se mueva.

Digo muy más del omen, que de toda criatura:
todos a tiempo çierto se juntan con natura,
el omen de mal seso todo tiempo sin mesura
cada que puede quiere faser esta locura.

El fuego siempre quiere estar en la senisa,
como quier' que más arde, quanto más se atisa,
el omen quando peca, bien ve que deslisa,
mas non se parte ende, ca natura lo entisa.

Et yo como soy omen como otro pecador,
ove de las mugeres a veses grand amor;
probar omen las cosas non es por ende peor,
e saber bien, e mal, e usar lo mejor.



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Brilliant blog, I hadn't noticed poemas-celebres.blogspot.com before during my searches!
Continue the wonderful work!

Alberto Soez dijo...

Quiero decir, dos cosas:

primero :

Me enamoré de la poesía cuando descubrí que con ella podía Controlar mi alma.
la poesía es la verdad en una metáfora. la poesía es un pájaro atrapado en mi corazón. la poesía es el corazón en la punta de mis dedos.

segundo:
Todo lo que dije antes al cubo.


Que gran descubrimiento el de hoy:
poemas-célebres.blogspot.com


Saludos